Empieza la lucha encarnizada por el ascenso…

El departamento de Recursos Humanos de la farmaceutica Farewell-Gutmann ha perdido a su director, pero tres de sus ejecutivos mas competentes no lloraran su perdida. Con el jefe de cuerpo presente, comienza la carrera por la sucesion. Adela esta decidida a luchar por el reconocimiento profesional que el machismo de su jefe le ha negado. Lazaro, el “pelota”, la desdeña profesionalmente, aunque por supuesto, aprovecha cualquier ocasion para acostarse con ella. Fernando, alcoholico desde que le abandono su mujer, no se considera siquiera un candidato digno en esta lucha de poder. Pero las relaciones entre ellos cambiaran definitivamente con la llegada de Luger: un excentrico directivo de la central, que viene para elegir al nuevo jefe del departamento.

Adiccion al trabajo, al alcohol, al sexo… y demas enfermedades del espiritu.

El mundo empresarial parece estar de moda en el cine español de los ultimos años. Basta recordar el reciente estreno de Casual Day, y las reconocidas Smoking Room y El Metodo, que beben de la influencia del exito de la serie britanica The Office. Esta rentable formula trata de iluminar el perjuicio moral que ocasiona la busqueda desesperada del exito profesional y social, y demas miserias humanas de la sociedad del “bienestar”. Oficinas, procesos de seleccion, machismo, trajes de chaqueta y neurosis contemporaneas son parte de un microcosmos que define actitudes universales, siendo en realidad expresion de males mas profundos como el fracaso familiar, la degradacion profesional y la baja autoestima traducida en agresividad. Todos ellos elementos que ponen en marcha un siniestro engranaje sobre los recursos, no siempre humanos, utilizados para medrar, sino quieres que “la maquina capitalista te engulla”.

La opera prima de Xavi Puebla recibio dos galardones en el ultimo Festival de Malaga, uno de ellos para la excelente Ana Fernandez, descubierta en la no menos excelente Solas. La acompañan en la disputa por la vacante tres actores de igual porte, Lluis Soler, Hector Colome y Adolfo Fernandez, ejemplos de esos grandes secundarios, menospreciados en algunas ocasiones, pero que sin duda respaldan la calidad del mejor cine español.