Un pacto con el diablo Año 2006. Una noche mas, los Rolling Stones ofrecen un apabullante concierto que completa poco a poco la gira A Bigger Bang, con la que el grupo viajo durante casi dos años alrededor del mundo. Pero esta es una noche especial. Nada de grandes estadios. Nada de pantallas gigantes para poder ver de cerca lo que a simple vista resulta imposible. Tan solo un pequeño teatro, el Beacon Theatre de Nueva York. Los afortunados asistentes pueden ver a pocos metros y sin necesidad de pantallas toda la energia que desprenden los Stones cuando se suben a un escenario. Exactamente eso es lo que filman veinte camaras estrategicamente situadas a lo largo y ancho de la sala. Cada una de ellas esta controlada por uno de los mejores operadores del mundo (cuatro de ellos son ganadores de un Oscar), y todos estos a las ordenes del tambien oscarizado director Martin Scorsese. Lo que ocurre cuando se mira tan de cerca, es que se descubren cosas fascinantes. La noche avanza de forma electrica y a un ritmo frenetico. Ilustres jovenes invitados como Jack White III (de los White Stripes) o Christina Aguilera, y veteranos, como el bluesman Buddy Guy, van saltando al escenario. Jagger, Richards y compañia, no muestran el mas minimo sintoma de cansancio o fatiga, que seria logico tras tamaña descarga de energias para cualquier sesenton (y para muchos veinteañeros) por muy en forma que se pueda estar. Tienen que tener algun secreto. Entre cancion y cancion, vemos fragmentos de antiguas entrevistas a unos jovencisimos Stones: ¿Esta es vuestra ultima gira? ¿Hasta cuando permanecereis juntos? ¿Os quedan fuerzas para seguir este ritmo? ¿Cual es vuestro secreto? Pero no hay forma de sacarselo. Y entonces se acerca el final del concierto. La percusion empieza a marcar un ritmo que hace enloquecer al publico. La puerta trasera del teatro se abre y una incandescente luz roja nos situa en las puertas del mismisimo infierno. Una sombra emerge del fuego y se convierte en Mick Jagger, que sube al escenario para cantar
Sympathy for the Devil. Un pacto con el diablo o una representacion del mismo, igual da. Los Rolling Stones conocen el secreto de la eterna juventud y Martin Scorsese lo ha filmado.
Cineasta rockero/ Musicos cinefilos Scorsese continua ampliando su repertorio cinematografico-musical tras
El ultimo Vals, donde perpetuo el ultimo concierto de la mitica The Band, o tras su reciente documental sobre Bob Dylan,
No Direction Home. Y es que la musica siempre ha formado parte en la manera de hacer cine del neoyorkino, ocupando los Stones un lugar preferencial en este sentido, tal y como señala el mismo: Su musica es una inspiracion. Los Stones fueron claves creando imagenes en mi imaginacion, sentimientos e impresiones que encontraron su camino en muchas de mis peliculas. El sello de
Malas Calles, por ejemplo, fue Jumpin Jack Flash. Creaba guiones en mi cabeza mientras escuchaba su musica. En esta ocasion, el director ha tenido que desechar horas y horas de material de archivo, ya que lo que queria esencialmente era mostrar una actuacion en directo de la banda, que es donde mejor se podia mostrar el tema de la pelicula, segun sus propias palabras: Si hubieramos hecho un documental sobre los Stones y su historia, entonces habria sido una pelicula muy diferente, no solo sobre ellos sino tambien sobre su tiempo
su historia. Esto fue en primer lugar una pelicula del concierto. Queria que fuera sobre la musica, sobre la actuacion. Una pelicula sobre hacer lo que haces hasta el final. En el otro lado del espejo, los Stones no se quedan mancos en cuanto a experiencia con el cine se refiere. Existen mas de 18 documentales sobre ellos, en los que han trabajado con cineastas de la talla de Jean Luc Godard o Taylor Hackford. El mitico guitarrista del grupo, Keith Richards, se confiesa amante del septimo arte y gran admirador de Martin Scorsese, que ademas es amigo personal de los integrantes de la banda. Por esta razon, desde el primer momento en que salio su nombre para dirigir el proyecto, todos se mostraron encantados con la eleccion, incluso despues de que Scorsese desechara la idea original de filmar un gran concierto en la playa de Rio De Janeiro ante un millon de personas. Asi expresa la confianza en el director el propio Richards: Para mi, el asunto era que Martin Scorsese queria hacer algo, y yo pense, bien, debe tener algo en la cabeza que vaya mas alla de este tipo de actuaciones grabadas. Asi que de verdad queria averiguar que era lo que Marty queria. Martin Scorsese y los Rolling Stones. Cine y Rock & Roll.
Shine a Light es una mezcla explosiva de estos cuatro factores en el orden que se prefiera. El 4 de abril llega a las pantallas de toda España.
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