Nacio en Logroño en 1926. Con 25 años y la firme intencion de ser escritor, decide abandonar el hogar paterno y recorre los 400 kilometros escasos que le separan de Madrid, ciudad en la que se establece en 1951 y donde subsiste a base de bocadillos y tertulias de cafe. En la capital se hizo conocedor de pensiones de poca monta y pasara por oficios multiples y variopintos hasta que, en 1952 y de la mano de Antonio Mingote, se le abren las puertas de
La Codorniz, un magnifico foro en el que Azcona pudo dar rienda suelta a su particular, ironica y socarrona forma de ver la vida. Alli colaboro asiduamente hasta 1958 en mas de 300 articulos que firmaba como Azcona, Az, Profesor Azconovan o, simplemente, Rafafel Azcona.
Como sucede a veces, fue la casualidad la que desvio sus pasos hacia el cine. En 1958 el italiano Marco Ferreri decide llevar al cine uno de sus libros:
El pisito, y le pide a Azcona que escriba el guion. La historia de una pareja joven a la que le resulta imposible comprarse una casa (¿hemos mencionado que estamos en 1958?), se convertira asi en el primer guion de quien acabara siendo una de las figuras mas importantes de la historia del cine español. Tras
El pisito vendran
Placido,
El verdugo,
La escopeta nacional,
La vaquilla,
La niña de tus ojos,
Belle Epoque y
La lengua de las mariposas. Ademas de Berlanga, Cuerda y Trueba, trabajo con Carlos Saura (
¡Ay Carmela!,
Peppermint Frape,
La Prima Angelica,
Ana y los lobos) y con Jose Luis Garcia Sanchez (
Adios con el corazon,
La corte del faraon), entre muchos otros.
Cinco goyas para sus guiones y uno honorifico a toda su carrera; Premio Nacional de Cinematografia y Medalla de Oro de las Bellas Artes. Premios merecidos para un hombre que siempre se nego a aparecer en publico y a salir en la foto. Y en esto, como en todo, Azcona ha sido coherente hasta el dia de su muerte. Se fue como vivio: sin hacer ruido. Detestaba las necrologicas y los velatorios y por eso no dejo que nadie se enterara de su muerte hasta despues de haber sido incinerado. Nos deja una obra postuma,
Los girasoles ciegos, de su amigo y discipulo Jose Luis Cuerda. No ha podido verla acabada. Un cancer de pulmon no le ha dejado. A nosotros nos queda, como siempre, el consuelo de sus peliculas. Un pedazo de la historia social de España a traves de su lucida y corrosiva forma de ver la vida. Ellas, sus peliculas, dan sentido a la pregunta que el pequeño Montxo, protagonista de uno de sus guiones, le formula a su maestro en
La lengua de las mariposas. Ha muerto el gran Rafael Azcona pero: Cuando uno se muere
¿se muere o no se muere?