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Hace unos dias, Johnny Depp sorprendia al mundo con su enorme generosidad y, tras invitar a una quincena de amigos suyos a cenar, dejo, sin tan siquiera despeinarse, 4.000 euros de propina a los camareros.
El australiano Russell Crowe no ha querido ser menos y tambien ha mostrado al mundo que, a pesar de su fama de maleducado y rudo, tambien tiene su corazoncito. El protagonista de Gladiator fue a tomar unas copas a un bar de Gales, donde se encuentra rodando las escenas de su ultima pelicula, Robin Hood y al abandonar el local dejo a los empleados una propina de 600 libras.
Lo cierto es que esta actitud es bastante sorprendente, pues Crowe tiene fama de ser un tipo bastante arisco y desagradable.
El resto de clientes se quedaron sorprendidos, no solo por su buena actitud con los camareros, sino porque se mostro como un hombre normal y humilde.
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